Oímos hablar mucho de que es más importante la calidad que la cantidad de tiempo que pasamos con nuestros hijos. Esto es motivo de preocupación tanto para mamás que se dedican exclusivamente a la crianza de sus pequeños, como para las que además trabajan fuera de casa. Las primera pueden preguntarse si a pesar del número de horas que pasan con sus hijos, les dedican suficiente atención. Las segundas quizá se esmeren en conseguir que las horas que pasan con su familia realmente sean «de calidad». En ambos casos, las madres pueden terminar sintiéndose culpables, hagan lo que hagan.
Aquí te brindamos algunos tips que pueden ayudar a sentirte mejor, no importar cual sea tu situación laboral y familiar:
Intenta erradicar el sentimiento de culpa. Si te preguntas si pasas suficiente tiempo con tus hijos o si el tiempo es de calidad, significa que seguramente no tienes motivo de preocupación. Procura imitar a los hombres, que cuando trabajan, trabajan y si necesitan descansar lo hacen, sin preocuparse de si esto es bueno o malo para la familia. No se trata de ser egoísta, pero sí concederte la suficiente importancia como para cuidar de tus necesidades primero de cuando en cuando sin sentirte mal por ello.
Evita compararte con los demás. No te fíes de las apariencias. Si te comparas con tus amigas o compañeras que parecen tenerlo todo bajo control y que son mejores mamás que tú, siempre tendrás motivo para sentirte mal. Lo que funciona para otras familias, puede no ser la mejor solución para ti. Si tu mejor amiga cuida de sus hijos todo el día, pero tú tienes que trabajar, no te preocupes por ello. Recuerda que lo más importante para tus hijos es que tú estés bien y si para poder vestirles y darles de comer tienes que trabajar, esa es tu prioridad. Ellos se acostumbrarán y aprenderás a apreciar más el tiempo que pasan juntos sin distracciones.
El tiempo de calidad es algo personal e intransferible. Lo que es «tiempo de calidad» para ti puede diferir de lo que significa para tu compañera de oficina. Quizá a ti y a tus hijos les guste compartir las tardes haciendo juntos la tarea mientras tú terminas un proyecto de trabajo sentada a la misma mesa de estudio. Para otra mamá el tiempo de calidad puede involucrar cocinar o hacer la compra juntos, e incluso compartir las tareas de la casa y convertirlas en un momento familiar. Y para una tercera, acurrucarse juntos en el sofá para leer o mirar una película puede ser lo máximo. Haz una lista de las cosas que tú y tus hijos disfrutan juntos, por insignificante o mundano que pueda parecer y así te darás cuenta de que quizá ya pasas tiempo de calidad con ellos, sin darte cuenta.
Pregunta a tus hijos qué les gustaría hacer contigo. No esperes a que ellos te lo digan, ni procures siempre adivinar qué es lo que es divertido para ellos. Pregúntales qué es exactamente lo que les gustaría hacer contigo si pudieran pasar dos horas ininterrumpidas con ellos. Sus respuestas podrían sorprenderte. Quizá tu pienses que les gustaría ir al cine, jugar al parchís o conversar, mientras que ellos añoran que los mires jugar al fútbol o tu hija pequeña sólo quiera pintarse las uñas contigo.
Procura pasar tiempo a solas con cada uno de tus hijos. Si eres mamá de varios, nada mejor para aumentar su autoestima y sensación de proximidad contigo que pasar tiempo a solas con cada uno. No es necesario que se trate de una salida en toda regla. Puede ser sólo ir juntos a la compra, mientras que el otro se queda en casa con el papá. O pasear juntos al perro. Cuando no tienen que compartir tu atención con un hermano, seguramente conocerás un aspecto de ellos que no sale a relucir cuando toda la familia está junta.
Involúcralos en tu vida profesional y social. No se trata de que compartas absolutamente todo con ellos. Son niños y tú eres mujer y debes preservar tu identidad como tal. Pero si de vez en cuándo los llevas a tu oficina o a tomar café con tus amigas, disfrutarán de conocer tus otras facetas. Les costará menos aceptar que tienes que ir a la oficina o salir con tus amigas si te ven en esas situaciones. Explícales que es igual que cuando ellos van a la escuela, si están en esa edad.
Recuérdate que todo es transitorio. Si tienes una época de más trabajo de lo habitual o en que tu calendario parece más lleno de lo normal, recuérdate que esto no es para siempre. Habla a menudo con tus hijos y transmíteles tu amor y tu apoyo. Si los niños se sienten queridos y comprendidos, cualquier tiempo que pasen contigo será bien recibido y disfrutado, por todos.